¿Sabías que masticar, respirar o tragar de forma inadecuada puede tener un impacto negativo en tu salud bucal? Este tipo de rutinas orales alteradas es lo que la terapia miofuncional pretende corregir.
En este artículo queremos acercarte un poquito más a la terapia miofuncional (TMF), una disciplina que se encarga de mejorar la mordida, la respiración y la postura facial de las personas con trastornos miofuncionales orofaciales.
¿Te apetece descubrir qué es la terapia miofuncional y cómo puede ayudarte? ¡Sigue leyendo!
¿Qué es la terapia miofuncional?
La terapia miofuncional consiste en la reeducación de la musculatura bucomaxilofacial (cara, boca y lengua) a través de una serie de ejercicios para ayudar a normalizar las estructuras, las funciones y la coordinación en personas con trastornos miofuncionales orofaciales.
Pero, ¿qué son exactamente los trastornos miofuncionales orofaciales u OMD (Orofacial Myofunctional Disorders)? Para entenderlo es importante saber que, para hablar, respirar, masticar y tragar correctamente, los músculos de la cara, la boca y la garganta deben estructurarse en la posición correcta y coordinarse en el movimiento.
Cuando una posición anormal de los labios, la mandíbula o la lengua interfiere en el desarrollo y la función de las estructuras orofaciales generando movimientos atípicos, se considera que existe un trastorno miofuncional orofacial.
¿Cómo podemos identificar si una persona padece un trastorno miofuncional orofacial? Observando si presenta los siguientes signos:
- Respiración bucal tanto de día como de noche.
- Maloclusión, mordida abierta, mordida cruzada o sobremordida.
- Movimiento limitado de la lengua.
- Retraso o dificultad en el habla.
- Deglución atípica, dificultad para comer o dolores de estómago.
- Ronquidos o apnea del sueño.
- Postura de boca abierta con tendencia a que la mandíbula inferior cuelgue.
Este tipo de trastornos son el origen de problemas en el desarrollo y crecimiento del esqueleto facial. Asimismo, pueden afectar de forma negativa al movimiento de la mandíbula, a la higiene bucal (caries, enfermedades en las encías…), al habla, a la deglución, a la masticación e incluso al aspecto de la cara.
Los OMD son más habituales de lo que pensamos. Pueden presentarse desde la infancia y tener consecuencias en la etapa adulta. Para que te hagas una idea, estas son algunas de las causas más comunes de los trastornos que afectan al funcionamiento bucofacial.
Obstrucción de la vía aérea superior
Unas amígdalas hipertrofiadas, un tabique nasal desviado e incluso las alergias pueden restringir las vías respiratorias. Ante esta falta de un flujo completo de aire, la respiración nasal se resiente y el cuerpo se adapta respirando por la boca.
El resultado es un cambio en la posición natural de la estructura y los músculos orofaciales generando un trastorno.
Chuparse el dedo o uso prolongado del chupete
Un uso prolongado del chupete (o biberón) o el hecho de succionar el dedo, un hábito que puede ser frecuente en bebés y niños, puede derivar en malformaciones en el paladar, problemas de mordida, malposición u oclusión dentaria.
Estos hábitos pueden alterar la forma de la boca y la dentición, y debilitar los músculos de la cara, dificultando la masticación, la deglución y el habla.
Morderse el labio, las uñas o rechinar los dientes
Gestos tan cotidianos como morderse las uñas, masticar el cabello (u otros objetos como bolígrafos o lapiceros), morderse la comisura de los labios o rechinar los dientes (bruxismo) son hábitos orales realmente nocivos para la salud bucal.
Por ejemplo, una posición anormal de labios, lengua y mandíbula puede afectar al flujo de saliva, que juega un papel importante en la lucha contra las bacterias y la placa.
Anomalías estructurales o fisiológicas
Estas anomalías podrían incluir frenillo lingual corto (anquiloglosia), retraso en el desarrollo neuromotor o la pérdida prematura de los incisivos superiores que fomentan la protrusión de la lengua (ocurre cuando la lengua presiona contra los dientes) y una mordida anormal.
¿Cómo funciona la terapia miofuncional?
Como hemos visto, la terapia miofuncional trata de crear nuevos patrones a través de la reeducación de la respiración, la motricidad y la musculatura orofacial. El objetivo es fortalecer el sistema bucomaxilofacial, así como restaurar la función, las posiciones y las capacidades orales correctas.
De esta manera, se logran corregir o, al menos, mejorar, los trastornos miofuncionales orofaciales que hemos comentado anteriormente.
Es importante que estos grupos musculares trabajen juntos y coordinados para funcionar de la forma adecuada, mejorando la respiración, la alimentación, el descanso y la salud en general.
Para lograrlo, la terapia miofuncional entrena al paciente a través de una serie de ejercicios y actividades activos y/o pasivos. Entre los ejercicios que forman parte de la terapia miofuncional están:
- Las praxias (praxias bucofonatorias o linguales).
- Los ejercicios de respiración con el empleo de respiradores bucales.
- Los movimientos de la mandíbula.
- Los masajes faciales.
Durante estos ejercicios, el cuerpo y la mente trabajan simultáneamente para desarrollar nuevas técnicas de respiración, deglución y masticación.
¿Qué papel juega tu dentista en el éxito de la terapia miofuncional
Para que la terapia miofuncional resulte efectiva es preciso que los ejercicios estén personalizados de acuerdo a las necesidades individuales de cada paciente.
Romper hábitos puede ser complicado. Por ello, el éxito de la terapia miofuncional va a depender de la motivación de cada persona, así como del compromiso y la constancia con el programa de terapia.
Asimismo, para que la terapia miofuncional consiga los mejores resultados para el paciente, lo ideal es trabajarla de forma conjunta entre diferentes profesionales médicos como fisioterapeutas, logopedas, foniatras, otorrinos u odontólogos.
De hecho, la revisión con el dentista suele ser determinante en la identificación y el diagnóstico de este tipo de trastornos para ser tratados y resueltos a tiempo. En ocasiones, el niño o adulto afectado puede requerir un tratamiento de ortodoncia que corrija la estructura de los dientes o prevenga futuros trastornos.
Como odontólogos, nuestro consejo profesional para las personas que sufren trastornos miofuncionales orofaciales es que prioricen un cuidado dental adecuado, incluido el cepillado tres veces al día durante dos minutos, la limpieza diaria interdental y las visitas regulares al dentista.
Ahora ya sabes qué es la terapia miofuncional y cómo puede ayudarte a mejorar tu vida. Si sientes que tu salud bucal o la de los tuyos no es la adecuada, acércate a conocernos en nuestro Centro Odontoclínico Integral Majadahonda. Valoraremos tu caso y te ayudaremos con un tratamiento personalizado.